La decisión de Jürgen Klopp de unirse a Red Bull como director global de fútbol ha generado una ola de críticas y decepción en Alemania. El exentrenador de Liverpool, Dortmund y Mainz, quien siempre se había mostrado como un defensor del fútbol tradicional, ha sido acusado de traicionar los valores que siempre había defendido.
La noticia ha caído como una bomba en un país donde Red Bull y, en particular, el RB Leipzig, son vistos con recelo debido a su rápido ascenso gracias a una fuerte inversión económica. Los aficionados alemanes, que habían admirado a Klopp por su carisma y su estilo de juego, no entienden cómo alguien que se autodenominaba "The Normal One" puede ahora asociarse con un proyecto tan controvertido.
"Klopp es igual de falso que su dentadura", afirmó Günter Klein, periodista del "Münchner Merkur". Por su parte, "Der Spiegel" señaló que "ahora, todo parece cobrar sentido para muchos al haber interiorizado los mecanismos normales de esta industria: el dinero".
A pesar de las críticas, algunos medios alemanes sugieren que este nuevo cargo podría acercar a Klopp al puesto de seleccionador alemán. Según Sky Alemania, su contrato con Red Bull incluiría una cláusula de rescisión en caso de que la federación alemana lo requiera. Sin embargo, su imagen pública se ha visto seriamente dañada y muchos dudan de que pueda recuperar la confianza de los aficionados.
La decisión de Klopp ha generado un gran debate sobre la comercialización del fútbol y la influencia del dinero en el deporte. Muchos aficionados se sienten decepcionados al ver cómo uno de sus ídolos ha caído en las garras del sistema que tanto criticaba.
"Su firma con Red Bull provoca que la fachada de hombre intachable se desmorone", afirma el medio "t-online.de". "Ha derrumbado su propio monumento en cuestión de segundos".
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