Por David Arengas
El sueño de tener a José Mourinho dirigiendo a una selección sudamericana es una fantasía recurrente para muchos aficionados. La idea, aunque emocionante, choca de frente con la cruda realidad de los altísimos costos que implicaría. El último en revivir esta ilusión fue el exfutbolista ecuatoriano Jefferson Montero, quien, ante la frustración por la crisis de su selección, propuso en un Live de Instagram un plan audaz.
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Ante el descontento de la afición con el actual técnico, Sebastián Beccacece, Montero lanzó una audaz propuesta a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF): “Puedo hablar con Mourinho para que nos dirija en el Mundial. Llevemos el tema a Mourinho. Hagamos una oferta todos y que la federación deje el ego de lado”. La idea, aunque bienintencionada, ignora los astronómicos salarios que maneja "The Special One".
La realidad es que ninguna selección de CONMEBOL, ni siquiera las más poderosas, podría costear a un entrenador de su calibre. Solo en su reciente y breve paso por el Fenerbahçe de Turquía, Mourinho se embolsó la enorme cifra de 10 millones de dólares al año. Además, según reportes, recibió una indemnización de 15 millones de euros tras su despido, una cifra que demuestra el valor de su contrato.
Un salario de esa magnitud supera con creces lo que cualquier federación sudamericana podría ofrecer. Es un monto que incluso excede los presupuestos de muchos de los clubes de élite en Europa. El sueño de la afición ecuatoriana, al igual que el de muchos otros en la región, es un reflejo de la necesidad de un cambio radical, pero la realidad financiera de contratar a una figura como Mourinho lo convierte en una fantasía casi imposible de materializar.
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