Por David Arengas
El fútbol profesional colombiano vive una particular paradoja financiera, donde el éxito en un torneo internacional resulta ser más rentable que el máximo galardón a nivel local. La reciente clasificación de Once Caldas a los cuartos de final de la Copa Sudamericana ha puesto en evidencia esta disparidad, demostrando que una buena campaña en el exterior puede ser el salvavidas económico que muchos clubes necesitan.
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Por su hazaña de llegar a esta fase del torneo, el equipo de Manizales se aseguró un premio directo de 700.000 dólares. Una cifra considerable que entra de forma inmediata a las arcas del club.
En contraste, el premio para el campeón de la Liga BetPlay, el torneo más importante del país, es significativamente menor en términos directos. El equipo que se corona campeón nacional recibe 500.000 dólares de la CONMEBOL, una cifra que por sí sola es inferior a lo ganado por Once Caldas.
Sin embargo, la verdadera disparidad radica en el "premio escondido" del título de liga: la clasificación a la fase de grupos de la Copa CONMEBOL Libertadores. Es ahí donde el campeón recibe su verdadero pago, pues solo por participar en dicha instancia se garantiza un mínimo de 3 millones de dólares, una cantidad que eclipsa por completo el valor del campeonato local.
La situación genera una clara dinámica de mercado: los equipos colombianos están fuertemente incentivados a priorizar una buena presentación en torneos internacionales. Mientras el título de liga otorga prestigio, es la aventura continental la que promete el verdadero botín financiero, abriendo una brecha cada vez más grande entre los clubes con éxito internacional y aquellos que no lo tienen.
21/08/2025
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