Alfredo Arias botó al traste la campaña impecable que hizo con Medellín

El profesor Alfredo Arias se murió de hambre con la nevera llena. Entiendo la frustración del entrenador uruguayo, que no solo perdió la final en los últimos cinco minutos del partido, sino que echó al traste una campaña impecable. Arias lo había hecho todo bien tanto en los cuadrangulares como en la temporada regular, pero tomó una mala decisión con el triple cambio en la segunda mitad.

Cerrar un partido no es el sinónimo de asegurarlo. Ya le sucedió a Millonarios contra Atlético Nacional en el Atanasio Girardot semanas atrás y ahora le tocó el turno a un Deportivo Independiente Medellín que no supo cerrar el cotejo. ¿De qué le sirvió a Alfredo Arias colocar un zaguero más si le filtraron la pelota de la manera más infantil posible?

No eran los cambios porque Medellín perdió la final y la gran campaña que hizo cuando sacó a Jaime Alvarado por Andrés Ricaurte porque los técnicos de nuestro entorno creen que los cotejos se cierran metiendo más gente atrás y sin importar cuantos jugadores estén defendiendo, un solo error te pasa factura.

Junior de Barranquilla no tenía mucho, aparte de una nómina costosa, pero a nivel colectivo no se equiparaba al plantel del Poderoso. Sin embargo, con un jugador de la jerarquía de Carlos Bacca no puedes darte esos lujos de cometer el mínimo error. Al Tiburón había que ganarle los últimos 15 minutos en la mitad de la cancha y no solo intentar sacar el resultado defendiendo todo atrás.

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