Por David Arengas
El camino hacia la Copa del Mundo 2030 podría tomar un giro drástico para las selecciones sudamericanas. Con Argentina, Uruguay y Paraguay ya clasificados como anfitriones de esta edición histórica, el foco se centra ahora en cómo se definirán los cupos restantes para los otros siete combinados de la CONMEBOL. Y las últimas informaciones apuntan a un cambio radical en el tradicional formato de Eliminatorias.
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La FIFA, en su constante búsqueda de nuevas dinámicas para los Mundiales, estaría considerando una modificación significativa en el sistema de clasificación sudamericano para 2030. La novedad, que dejaría solo a dos selecciones fuera de la cita orbital, ha generado un intenso debate en el continente.
El periodista Carlos Antonio Vélez, a través de su programa Palabras Mayores, reveló dos posibles escenarios que se barajan para definir los cuatro cupos directos y el repechaje que le corresponderán a Sudamérica, dejando a solo dos selecciones sin el sueño mundialista.
La primera posibilidad que maneja la CONMEBOL, según Vélez, es la de mantener un proceso clasificatorio, aunque con una dinámica diferente. Las siete selecciones restantes (Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Chile y Perú) se enfrentarían en unas Eliminatorias acortadas y de alta tensión para definir los cuatro cupos directos y el único boleto al repechaje. Este formato implicaría una competencia feroz donde cada partido adquiriría una importancia superlativa, con el margen de error reducido al mínimo.
La segunda opción, mucho más revolucionaria y que podría marcar un antes y un después en la historia de las Eliminatorias sudamericanas, sería la eliminación del tradicional proceso clasificatorio. En este escenario, los cupos al Mundial 2030 se definirían a través del rendimiento de las selecciones en la Copa América 2028. Según esta propuesta, los equipos que alcancen la final del torneo continental serían los que obtendrían el billete directo a la cita orbital.
Esta alternativa generaría un atractivo adicional a la Copa América, elevando su importancia a niveles inéditos, ya que no solo estaría en juego el prestigio continental, sino también la clasificación al Mundial. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre la equidad deportiva y el posible perjuicio para selecciones que, históricamente fuertes en Eliminatorias, podrían no tener un desempeño igual de destacado en un torneo corto como la Copa América.
Ambos escenarios planteados por Carlos Antonio Vélez abren un abanico de posibilidades y controversias. La reducción de las Eliminatorias podría intensificar la competencia, pero también dejaría un sabor amargo a las selecciones que queden fuera. La opción de la Copa América como clasificatorio mundialista transformaría por completo el panorama del fútbol sudamericano, generando debates sobre su justicia y conveniencia.
Lo cierto es que el camino hacia el Mundial 2030 en Sudamérica está lejos de definirse, y las próximas decisiones de la CONMEBOL serán cruciales para moldear el futuro de la clasificación y el sueño mundialista de las selecciones del continente. El fútbol sudamericano se prepara para un cambio de era.
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