Tras el 0 a 0 en Medellín, mira la sanción que prepara la CONMEBOL a Atlético Nacional

La amargura del empate 0-0 de Atlético Nacional ante São Paulo, en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, se ha profundizado. A la frustración deportiva por las claras oportunidades perdidas, el club ahora enfrenta la posibilidad de una sanción económica por parte de CONMEBOL debido a los desmanes protagonizados por algunos aficionados en las tribunas del Atanasio Girardot.

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La tensa noche del fútbol continental, en la que Nacional no pudo capitalizar su dominio y desperdició dos penales por intermedio de Edwin Cardona, tuvo un epílogo desafortunado en las gradas. El descontento de la hinchada se tradujo en una conducta desordenada que ha sido notificada al organismo rector del fútbol sudamericano, poniendo en riesgo las finanzas del club.

Las Consecuencias del Reglamento CONMEBOL

El reglamento disciplinario de CONMEBOL es claro y contundente en este tipo de situaciones. El artículo que habría sido violado sanciona a los clubes por “causar daños” o cualquier otra “falta de orden o disciplina que se pudiera cometer en el estadio o en sus cercanías antes, durante y a la finalización de un encuentro”.

De confirmarse el reporte del delegado del partido, Atlético Nacional se haría acreedor a una multa que, según el reglamento, es de al menos $3.000 dólares americanos, una cifra que, en el contexto del fútbol colombiano, supera los 12 millones de pesos. Aunque este es el monto mínimo, el valor final podría ser superior dependiendo de la gravedad de los incidentes reportados.

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Un Nuevo Dolor de Cabeza para la Directiva

Esta potencial sanción se suma a un panorama ya complicado para la directiva de Atlético Nacional, que recientemente ha tenido que lidiar con la presión de los aficionados en redes sociales y en el estadio. Mientras el equipo de Javier Gandolfi se concentra en el crucial partido de vuelta en Brasil, en las oficinas del club se trabaja para responder ante los requerimientos de CONMEBOL. El incidente es un recordatorio más de que el mal comportamiento de un sector de la afición puede tener consecuencias directas y muy costosas para la institución, dentro y fuera de la cancha.