¿Será que se rompe? La peculiar maldición que tiene Radamel Falcao cada vez que es papá

Este viernes el delantero del Galatasay de Turquía, Radamel Falcao, se convirtió por cuarta vez en padre y así lo compartió a través de sus redes sociales. ‘El Tigre’ vio nacer a su primer hijo varón y con él espera romper una particular maldición que tiene el atacante colombiano.

Parece increíble pero la casualidad entre los nacimientos de sus cuatro hijos y sucesos que afectaron su carrera es impresionante. Para conocer esta particular ‘maldición’ tenemos que remontarnos al 2013.

El 13 de agosto, Falcao revela el nacimiento de su primera hija, Dominique, quien llegaba en el mejor momento del delantero, sin embargo para el 2014, ‘El Tigre’ se perdió el Mundial de Brasil tras sufrir una lesión sufrida durante el duelo entre el AS Mónaco y el Chasselay. Un golpe duro para Falcao.

Para el 2015, nace Desireé su segunda hija. La felicidad del atacante colombiano no podía ser la mejor. Pero para el año siguiente un golpe duro, el entrenador de la selección colombiana, Néstor Pekerman decidió no llevarlo  la Copa América Centenario disputada en Estados Unidos. Ese año Chile alcanzó la gloria.

Su tercera hija llegó en el 2017, el jugador estaba en su mejor momento, incluso para el 2018 llega a su primer Mundial en Rusia, sin embargo parecería la maldición le iba a alcanzar. Falcao solo anotó un gol en toda la competición del combinado nacional, además luego de su pasiva participación en el Manchester United y el Chelsea, el delantero estuvo en la lista de los peores fichajes de la Premier League.

Este 2020, para todos ha sido muy extraño, pero para la familia de Falcao es todo alegría pues ha llegado su cuarto hijo, el primer varón y de quien se dice será el heredero del buen futbol que ha mostrado a lo largo de todas las ligas donde le ha tocado estar al delantero.

En cuanto a la ‘maldición’ es muy probable que la rompa con su primer hijo varón, y para el próximo 2021 sea la figura de Colombia en la Copa América que se avecina, aunque el nacimientos de sus hijos y su mala racha sea solo una simple coincidencia.