Por David Arengas
El vertiginoso mundo de las transferencias futbolísticas, con sus millonarias cifras y contratos, a menudo esconde un lado humano y emocional que rara vez sale a la luz. Es lo que ha ocurrido en el Liverpool, que ha visto partir a dos de sus figuras ofensivas, el colombiano Luis Díaz y el uruguayo Darwin Núñez, dejando un profundo vacío en el vestuario.
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A través de un sentido mensaje en la plataforma The Players’ Tribune, el mediocampista argentino Alexis Mac Allister compartió el dolor de ver partir a sus amigos y compañeros. Sus palabras, cargadas de nostalgia, evocan los momentos compartidos fuera de la cancha, que son la base de los lazos que se forjan en el deporte de élite.
“Se me cae una lágrima al pensar que ya no estarán. Extrañaré los mates, asados y momentos juntos”, escribió Mac Allister, haciendo referencia a las costumbres sudamericanas que los unieron. El mensaje es un recordatorio de que, más allá de la disciplina táctica o la rivalidad en el campo, los futbolistas son personas que construyen amistades. El campeón del mundo con Argentina también les deseó lo mejor en sus nuevos caminos profesionales. “Les deseo lo mejor; sé que triunfarán en sus nuevos caminos por su gran talento”, añadió, mostrando su confianza en las capacidades de ambos.
La salida de Díaz, quien se unió al Bayern Múnich, y la de Núñez, representan una reestructuración significativa en el ataque del Liverpool. Las palabras de Mac Allister no solo reflejan la tristeza por su partida, sino que también marcan el final de una era y el inicio de un nuevo capítulo para un equipo que deberá adaptarse a la ausencia de dos de sus talentos más brillantes.
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