Por David Arengas
El ambiente previo al trascendental choque entre Corinthians y América de Cali en Brasil, válido por la Copa Sudamericana, estuvo cargado de una tensión palpable. En juego no solo había tres puntos vitales para la clasificación a octavos de final en un grupo catalogado por muchos como el "de la muerte", sino también el orgullo y la garra del fútbol colombiano, representado dignamente por el invicto América. Sin embargo, más allá de la estrategia táctica del 'Polilla' Da Silva, la chispa que encendió al equipo escarlata en los instantes previos al pitazo inicial provino de una arenga visceral y sin concesiones de su portero, Jorge Soto.
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A pesar del escepticismo inicial de muchos, el América de Cali ha desafiado los pronósticos en esta Copa Sudamericana. En un grupo donde comparte protagonismo con un gigante brasileño, un aguerrido uruguayo y un siempre complicado argentino, el equipo escarlata ha demostrado una solidez encomiable. Empates valiosos como visitante ante Huracán y el propio Corinthians, sumados a una contundente victoria en Uruguay frente a Racing y un empate en el Pascual Guerrero, mantienen al América invicto y con serias aspiraciones de avanzar a la siguiente fase.
Este notable desempeño del América, sumado al liderato del Once Caldas en su respectivo grupo, ha generado un aire de optimismo en el fútbol colombiano. Por primera vez en años, los equipos nacionales están compitiendo de tú a tú con rivales continentales, dejando atrás las dolorosas goleadas a las que tristemente habían acostumbrado a su afición. La muestra de buen fútbol y planteamientos tácticos inteligentes ha reivindicado el talento y el potencial del balompié cafetero.
En este contexto de resurgimiento y orgullo patrio, la actitud y la mentalidad con la que los jugadores asumen cada desafío se vuelven cruciales. Y al América de Cali, al parecer, le sobra garra. En la charla previa al crucial encuentro en Brasil, el portero Jorge Soto tomó la palabra y, con una intensidad que heló la sangre, arengó a sus compañeros con una metáfora tan violenta como reveladora de la mentalidad del equipo: “El problema de pisarle la cabeza al enemigo es que, o lo matas, o se levanta y nos acaba. Le tenemos la cabeza pisada al león, no le vamos a sacar el pie del cuello, hoy matamos a ese equipo muchachos”.
Estas palabras, cargadas de una determinación feroz y una clara intención de no dar tregua al Corinthians, resonaron en el vestuario escarlata como un llamado a la batalla final. La analogía del león herido al que no se le puede dar la oportunidad de recuperarse reflejó la conciencia del América de la importancia de este partido y la necesidad de sellar su destino en la Copa Sudamericana con una victoria contundente en territorio brasileño. La arenga de Jorge Soto, más allá de su crudeza, evidenció la mentalidad ganadora y la sed de gloria con la que el América afrontó este crucial compromiso continental.
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