De ÚLTIMA HORA, el estadio que ordenó cerrar la DIMAYOR hasta nueva orden

El calvario del Atlético Huila con el estadio Guillermo Plazas Alcid ha sumado un nuevo y duro capítulo. En un comunicado emitido este 11 de agosto de 2025, la División Mayor del Fútbol Colombiano – DIMAYOR informó que, tras un estudio técnico de la Alcaldía de Neiva que encontró “fallas estructurales”, el equipo deberá jugar sus partidos como local a puerta cerrada.

Más sobre Fútbol Colombiano:

• Recomendado

  No es el Gol Caracol, el canal que se habría ofrecido a la DIMAYOR para transmitir el FPC desde 2027

• Recomendado

  Tras los pasos de James Rodríguez, la joya colombiana que jugará en una liga top de Europa

La decisión es un golpe directo al club opita, que ve afectado su principal fuente de ingreso cada 15 días. En el comunicado, la Dimayor expresó que espera "se puedan solucionar los problemas presentados con la mayor prontitud", y así el Atlético Huila pueda contar de nuevo con su público, reconociendo el “ingreso económico significativo para el Club” que representan los espectadores.

La Tragedia de un Estadio Simbólico

Este anuncio no es más que la consecuencia directa de una polémica que lleva años en el fútbol colombiano. El estadio Guillermo Plazas Alcid, en obras desde 2015, se convirtió en un “elefante blanco” tras el trágico derrumbe de una tribuna en 2016 que dejó varios muertos y heridos. Este suceso desató una investigación por corrupción y malversación de fondos que ha mantenido al recinto inutilizado y en el abandono.

Durante casi una década, el Atlético Huila ha tenido que migrar a otros estadios para disputar sus encuentros, perdiendo la conexión con su hinchada. Ahora, el club no solo se ve obligado a jugar fuera de Neiva, sino que la orden de la DIMAYOR, que determina que los partidos deben jugarse a puerta cerrada, implica que incluso si pudieran usar su estadio, los aficionados no podrían ingresar.

• Recomendado

  ¿Será posible? El City Group se acerca a Millonarios y esto es lo que se sabe

La noticia es un recordatorio de cómo la mala gestión y la corrupción en la infraestructura deportiva pueden tener un impacto devastador en los equipos y en los hinchas, dejando al Atlético Huila y a su afición en una situación de total incertidumbre.