Higuita está vivo de milagro, el mal negocio que hizo y casi le quita la vida

El exguardameta de la Selección Colombia, René Higuita, ha expresado en diversas ocasiones su preocupación debido a la gestión de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) con respecto a un terreno de su propiedad ubicado en el exclusivo sector de El Poblado, en Medellín, ya que, según el antioqueño, el terreno, valuado en aproximadamente 1.500 millones de pesos, se encuentra en proceso de extinción de dominio desde hace unos 30 años y aún no ha recibido una respuesta oficial al respecto.

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René reveló que habitó la propiedad durante aproximadamente 6 años antes de ser notificado de que estaba involucrada en un proceso legal, ya que había pertenecido a William Moncada Cuartas, miembro del infame 'Cartel de Medellín', pero, en una entrevista televisiva, el exfutbolista explicó cómo adquirió la propiedad de buena fe sin sospechar los problemas que enfrentaría con el paso del tiempo.

Según relató, un amigo de confianza llamado Campo Elías le mostró dos casas y él decidió adquirir la de El Poblado, firmando las escrituras en la década de los 90. Sin embargo, años después, recibió una demanda de los verdaderos propietarios de la casa, lo que desencadenó una serie de problemas legales para él y su familia.

Higuita mencionó que en ese momento estaba concentrado con su equipo por un partido de la Copa Libertadores y no tuvo la oportunidad de acudir a una notaría para resolver la situación. Como consecuencia, estos problemas legales tuvieron repercusiones en la vida de Higuita y su familia, lo que los llevó a abandonar la propiedad que actualmente luce descuidada y llena de grafitis.

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A René Higuita le lanzaron una granada

El exguardameta incluso mencionó que la casa sufrió robos y daños, incluyendo la sustracción de puertas, pisos y cables de electricidad, mientras que la situación legal del terreno del ‘Loco’ continúa sin resolverse, por lo que él espera obtener respuestas claras y una solución justa por parte de las autoridades correspondientes. “Después tuve una cantidad de líos, hasta una granada en algún momento me tiraron y yo no sabía por qué. Por un tiempo se alquiló y después ya no hubo como sostenerla y la casa quedó desamparada. Se me robaron las puertas, el piso y hasta los cables de la luz”, contó.